Capítulo 12: Nunca te dejaré por voluntad propia

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—Su Alteza. Justo cuando Xiao Di estaba a punto de inclinarse y saludar, Jun Qiyu agitó la mano. —Fuera. Xiao Di dudó un momento, sin atreverse a desobedecer la orden de su maestro, pero cuando cerró la puerta, miró preocupada a Song Liqing. Song Liqing y Jun Qiyu fueron los únicos que quedaron en la habitación, mirándose fijamente. Song Liqing no sabía lo que estaba pensando, pero vio que sus ojos se profundizaban, mirándolo inmóvil, como si estuviera considerando cómo tratar con él. Song Liqing sintió una punzada de tristeza, solían ser solo dos niños pequeños, pero que podían hablar de todo con facilidad; sin embargo, debido a sus prejuicios posteriores, cuando se miraban, Song Liqing no encontraba nada de qué hablar.  —Qiyu. —Song Liqing trató de encontrar algo que decir: —Cuando estabas en Occidente… —Ojalá nunca te hubiera conocido. —Jun Qiyu habló bruscamente, su mirada era gélida.  Song Liqing quedó estupefacto, porque estas palabras realmente estaban saliendo de la boca de Jun

Capítulo 5: Arreglalo por ti mismo

La luz de la luna era como una cascada, pero en un abrir y cerrar de ojos, nubes oscuras cubrieron la capital. El sonido de los truenos y los gritos de rabia de Jun Qiyu se mezclaron, y el patio se volvió cada vez más opresivo.

Song Liqing se quedó de pie al pie de los escalones de piedra, frente al imbatible Jun Qiyu, y permaneció en silencio durante mucho tiempo.

Jun Qiyu estaba esperando a que se retirara.

Hu Nu'er estaba esperando a que hiciera una broma.

Sólo Xiao Di deseaba que simplemente se fuera.

— ¡Si no puedes hacer lo que te pedí, no seas una monstruosidad delante de este Maestro! — Jun Qiyu le miró como si estuviera viendo un repugnante mosquito.

— Qiyu... sé que siempre mantienes tu palabra.

Song Liqing escupió estas palabras con dificultad, antes de arrodillarse con decisión ante la mirada de todos.

Sus rodillas golpearon los escalones de piedra con un sonido sordo.

Xiao Di se tapó la boca, pero aun así no pudo evitar gritar.

— ¡Princesa Heredera! No...

Jun Qiyu también se sorprendió y extendió la mano inconscientemente, pero se quedó paralizado en el aire. Sólo quería humillar verbalmente a Song Liqing y hacer que se fuera, pero realmente no esperaba que Song Liqing llegara a tal extremo...

Por un momento, Jun Qiyu no supo si ayudarlo o no.

Si lo hacía, Song Liqing definitivamente ganaría... Jun Qiyu pensó en esto y retiró la mano.

El rostro de Hu Nu'er estaba lleno de burla.

Xiao Di se acercó corriendo y cayó de rodillas junto a Song Liqing.

— ¡Princesa heredera! — Xiao Di agarró su antebrazo. — No puede ser tan condescendiente, todavía hay subordinados, músicos y esclavos humildes en este patio, no puede sufrir esta humillación, eres uno de los Maestros de la Mansión Qilin, ¿cómo podrá hacerles frente en el futuro? Si mañana se corre la voz en la capital, será el hazmerreír de todo el mundo.

Xiao Di dijo indignada, y lanzó una mirada a Hu Nu’er, quien se podía ver que lo estaba disfrutando.

Hu Nu'er soltó una risita.

— Señorita, se equivoca, Su Alteza es el Príncipe Heredero, y él es solo un cortesano, ¿qué humillación hay en que un cortesano se arrodille ante el futuro Rey?

Xiao Di no estaba convencida y dijo: — ¡Cuando Su Majestad el Emperador concedió el matrimonio, dijo que la Princesa Heredera y Su Alteza estarían en pie de igualdad, independientemente de sus rangos!

Song Liqing dio unas palmaditas a la mano de Xiao Di y movió suavemente la cabeza para darle una señal.

— Xiao Di, esto es sólo una muestra de respeto a Su Alteza, no hay necesidad de discutir sobre la diferencia de rango entre Su Alteza y yo…

— Pero... pero ¿cómo puede haber una noche de bodas en la que la novia tenga que arrodillarse para rogar a su novio que regrese a la habitación para terminar la ceremonia? ¡Esto simplemente es lo más absurdo de todo el mundo!

Xiao Di no pudo soportarlo y se atrevió a mezclar resentimiento en sus palabras para el Príncipe Heredero.

Song Liqing levantó la cabeza y se encontró con los ojos de Jun Qiyu.

— Qiyu, ¿es verdad que si me arrodillo mil veces, vendrás a casa conmigo?

Jun Qiyu odiaba que Song Liqing le mirara fijamente, tenía una mirada llena de sinceridad, como si lo estuviera interrogando, haciéndole sentir débil, como si hubiera hecho algo mal.

— Eres exigente a pesar de tu identidad, ¿es la Mansión Qilin tu hogar? ¡No, tu hogar está en la Casa del Gran General! Mientras este Maestro no te reconozca, la Mansion Qilin no será tu casa!

El corazón de Song Liqing fue apuñalado.

Una sensación de pánico invadió todo su cuerpo. Solía ser un huérfano que creció comiendo restos de todo el mundo. Aunque en ese momento aún era joven y sus recuerdos no eran completamente exactos, la inseguridad de no tener un lugar donde ir se había plantado profundamente en su mente y huesos. 

Su padre adoptivo lo amaba por ser sensato, pero en realidad tenía miedo.

Tenía miedo de volver a estar solo.

Ya había abandonado la Casa del Gran General, y si la Mansión Qilin tampoco era su hogar... entonces ¿dónde estaba exactamente su hogar?

Song Liqing cerró los ojos, adolorido, y luego se inclinó y se golpeó fuertemente la frente contra los escalones de piedra.

— Por favor, Su Alteza, vuelva a su habitación conmigo para completar la boda...

Jun Qiyu tenía la boca y los ojos muy abiertos, estaba tan enojado que su cuerpo se retorcía de energía oscura y sus nudillos crujían.

— ¡¿Siempre tienes que hacerme la vida difícil, no?!

Song Liqing solo se arrodilló ante sí mismo, haciendo que, al no obtener respuesta, Jun Qiyu se limitara a rechinar los dientes con odio.

— Bien, muy bien, puedes arrodillarte si quieres. Pero Song Liqing, déjame decirte que este Maestro odia ser amenazado por alguien que lo tiene como rehén. ¡Tomar a una Princesa Heredera como tú es realmente mala suerte para este Maestro! Hu Nu'er, ¡entremos y dejemos que se arrodille hasta morir aquí!

Jun Qiyu dejó caer sus palabras y volvió al Salón furioso, Hu Nu’er echó un vistazo en el umbral de la puerta y la cerró tras de sí con una sonrisa.

Bum - bum - bum -

La cabeza de Song Liqing golpeó la piedra azul, con tal fuerza que hizo un fuerte ruido.

Pero el sonido quedó ahogado por la música alegre y las risas petulantes del Salón.

Song Liqing sentía un gran dolor, dolía mucho. No creía que Jun Qiyu fuera tan despiadado, ni que él fuera tan poco importante para Jun Qiyu como para olvidarse de su amor mutuo.

Pero Jun Qiyu nunca salió a mirarlo, y el dolor de Song Liqing se fue adormeciendo poco a poco, o mejor dicho, su corazón se adormeció tanto que el dolor de su carne y su sangre no era tan importante.

Sólo cuando Xiao Di gritó alarmada, Song Liqing volvió en sí.

— ¡Joven Maestro!

Xiao Di se arrodilló a su lado y le señaló la frente con horror.

Una gota de líquido caliente se clavó en sus ojos, haciendo que los ojos de Song Liqing se enrojecieran, e inconscientemente usó su mano para limpiarlos, sólo para descubrir que una herida en su frente era un desastre sangriento.

— Joven Maestro, yo... lo limpiaré por ti.

Xiao Di sacó su pañuelo y, mientras le limpiaba la frente, sus dedos eran ligeros, pero aún le dolía el tacto. Xiao Di también lloró cuando lo vió frunciendo el ceño y soportando el dolor.

— Niña tonta, ¿por qué lloras? — Song Liqing agarró el pañuelo y dijo: — No me duele.

— Está sangrando, ¿cómo puede no doler? — Xiao Di lloró vagamente y dijo: — Volvamos, Joven Maestro, hay que ver a un médico, no tiene que arrodillarse, está sirvienta se lo ruega... Mire, el viento de la noche es fuerte, va a llover, volvamos, ¿de acuerdo?

El patio se llenó de hojas marchitas y Song Liqing se estremeció.

— Espera un poco más, aún quedan trescientas treinta y cinco... Si me arrodilló mil veces Qiyu volverá conmigo, siempre ha cumplido su palabra.

Un trueno retumbó y la lluvia nocturna cayó, derramándose sobre el delgado cuerpo de Song Liqing mientras éste se arrodillaba una y otra vez, aferrándose a esa escasa esperanza y negándose a soltarla.

Tras un mes de sequía, la capital fue barrida por una tormenta eléctrica.

La lluvia le bañaba la cara, empapando sus heridas que ya sangraban, ya no podía distinguir si era sangre o agua, lluvia o lágrimas.

Los ojos de Song Liqing se habían dañado por encender una lámpara y leer de noche y, como ya le había caído sangre a los ojos, volvió su antigua enfermedad.

Sus labios se volvían cada vez más blancos, su fuerza para inclinarse disminuía y su cordura se desdibujaba.

— Xiao Di... — La voz de Song Liqing era débil. — ¿Cuántas faltan?

— ¡Ya ha hecho suficientes! ¡Joven Maesro!

Xiao Di estaba igualmente empapada y con el pelo revuelto, pero sostenía un pañuelo para protegerlo de la lluvia.

— Entonces Qiyu, él... — Preguntó Song Liqing, levantando las comisuras de los labios con gran esfuerzo. — ¿Ha venido ya?

Xiao Di negó con la cabeza y dijo: — Su Alteza no ha salido desde el principio.

¿Es él quien perdió…?

¿Realmente no le agrada a Jun Qiyu, ni siquiera un poco?

— ¿Ni siquiera una mirada para... verme?

De hecho, Song Liqing sabía claramente la respuesta, pero todavía tenía un poco de esperanza en su corazón.

— ¡Qiyu! Me he inclinado mil veces. — Song Liqing gritó, quería que Jun Qiyu lo escuchara. — Un caballero debe cumplir su palabra, por favor sigueme... 

Tos...

Song Liqing tosió violentamente hasta que todo su cuerpo tembló.

Dentro del Salón con luces cálidas, la lluvia de afuera era majestuosa.

Jun Qiyu oyó la llamada de Song Liqing, aunque no quería escucharla. Bebió un vaso de vino, pero no sabía nada, y no podía evitar escuchar lo que pasaba afuera. 

Especialmente los truenos y relámpagos.

Al notarlo, Hu Nu'er se acurrucó en sus brazos e hizo un puchero: — Maestro, debido a esas dos personas que no saben comportarse, su buen humor se ha visto perturbado.

Jun Qiyu tragó el vino que le quedaba en la boca y preguntó: — ¿También te parece repugnante Song Liqing?

Hu Nu’er, escuchó atentamente, agarró del brazo a Jun Qiyu y le replicó.

— La preferencia de Hu Nu'er sigue la de su maestro, y a quienes su maestro detesta, Hu Nu'er naturalmente también los odia.

El corazón de Jun Qiyu se tranquilizó al recibir su aprobación, y miró el aspecto amable y sumiso de Hu Nu’er, pellizcándole la barbilla puntiaguda.

— Sigues siendo un buen chico, sabes cuándo avanzar y retroceder, sabes comportarte.

La expresión de Hu Nu’er era muy agradable y todo su cuerpo estaba suavemente unido a Jun Qiyu como si no tuviera huesos.

Un relámpago iluminó la mitad del cielo nocturno, seguido del estruendo de un trueno.

Afuera, Xiao Di llamaba a la puerta, pidiendo audiencia.

— ¡Su Alteza! ¡Su Alteza! La Princesa Herederaa ha terminado de arrodillarse mil veces, está herido, ¿me oye, Su Alteza? Está lloviendo tan fuerte aquí afuera, que ni siquiera un cuerpo de carne y hueso puede soportarlo, esta sirvienta le ruega que por favor sea considerado...

La voz de pánico de Xiao Di perturbó a Jun Qiyu.

Esta acción arruinó su ánimo para coquetear con Hu Nu’er. Jun Qiyu se puso de pie de mala gana, pero Hu Nu’er lo agarró del brazo.

— Maestro... — Hu Nu’er miró a Jun Qiyu con ojos lastimeros. — ¿Todavía quiere molestar a esa fastidiosa persona de afuera?

Jun Qiyu se enojó y le sacudió con una mano.

— Si realmente murió en su noche de bodas, ¡¿podría ocultárselo a mi Padre?!

Aunque Hu Nu’er se mostró reacio, no se atrevió a empeorar el temperamento de Jun Qiyu.

Tan pronto como la puertr4a se abrió, la lluvia cayó sobre los zapatos de Jun Qiyu, estaba oscuro afuera, con relámpagos y truenos. Sólo estaba Song Liqing arrodillado al pie de los escalones, su espalda recta, su cabello y túnica naturalmente empapados, Jun Qiyu estaba furioso, tenía una cara noble incluso cuando se arrodillaba.

— ¡¿No estás muerto?!

Al oír su voz, Song Liqing se recuperó de su trance.

Levantó la cabeza y su rostro, que ya era blanco como una perla, ahora estaba tan pálido que no tenía sangre y sus labios eran azules.

— Qiyu, lo sabía...

La comisura de la boca de Song Liqing esbozó una sonrisa miserable.

— ¿Qué?

Jun Qiyu no podía oírlo, la débil voz de Song Liqing estaba amortiguada por la tormenta.

— Sabía que no serías tan despiadado. — La voz de Song Liqing tembló ligeramente: — Tienes mi... corazón en tu corazón.

Aunque no era muy importante en su corazón, también hizo sentir a Song Liqing que su persistencia había merecido la pena.

Jun Qiyu estaba como un tigre al que le habían pisado el pie y salió furioso como una tormenta.

— ¡Qué tonterías dices! Bien, ya que has arruinado el humor de este Maestro, ¡arreglalo por ti mismo!

Jun Qiyu caminó hacia la lluvia y bajó los escalones de piedra.

Sin decir una palabra, Song Liqing fue apresado por la mano de Jun Qiyu en la nuca, casi arrastrándolo por el suelo todo el camino de vuelta al Salón Principal.

Song Liqing respiraba con dificultad y se aferraba a la mano de Jun Qiyu como un hombre a punto de ahogarse, con una expresión de dolor en el rostro.

A Jun Qiyu no le importaba, no le importaba si Song Liqing podía soportarlo o no.

Song Liqing recordó que había nacido con fuerza divina y que, a los cinco años, había derrotado a toda la academia sin que nadie se atreviera a contraatacar. Ahora que Jun Qiyu se había hecho rico y guapo, ¿cómo podría Song Liqing incluso intentar resistirse?

— Qi... yu...

No podía pronunciar una palabra completa, y estaba a punto de desmayarse cuando fue arrojado a la cama por Jun Qiyu...


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