Capítulo 12: Nunca te dejaré por voluntad propia

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—Su Alteza. Justo cuando Xiao Di estaba a punto de inclinarse y saludar, Jun Qiyu agitó la mano. —Fuera. Xiao Di dudó un momento, sin atreverse a desobedecer la orden de su maestro, pero cuando cerró la puerta, miró preocupada a Song Liqing. Song Liqing y Jun Qiyu fueron los únicos que quedaron en la habitación, mirándose fijamente. Song Liqing no sabía lo que estaba pensando, pero vio que sus ojos se profundizaban, mirándolo inmóvil, como si estuviera considerando cómo tratar con él. Song Liqing sintió una punzada de tristeza, solían ser solo dos niños pequeños, pero que podían hablar de todo con facilidad; sin embargo, debido a sus prejuicios posteriores, cuando se miraban, Song Liqing no encontraba nada de qué hablar.  —Qiyu. —Song Liqing trató de encontrar algo que decir: —Cuando estabas en Occidente… —Ojalá nunca te hubiera conocido. —Jun Qiyu habló bruscamente, su mirada era gélida.  Song Liqing quedó estupefacto, porque estas palabras realmente estaban saliendo de la boca de Jun

Capítulo 9: ¿Es honorable ser un dragón y un fénix?

Song Liqing reprimió sus pensamientos, incapaz de pensar en ellos a detalle.

Pero, ¿dónde podía parar?

Sólo pensar en el hecho de que Jun Qiyu ya había tenido relaciones sexuales con Hu Nu’er... e incluso con alguien más antes de que él, hizo que el cerebro de Song Liqing explotara.

Se sentía enfermo.

Se suponía que el amor es puro, algo que ocurre de forma natural cuando el amor es profundo, pero Jun Qiyu podía tener sexo con casi cualquiera.

¿Qué era entonces? ¿Fue el acto sexual de anoche una forma más para que Jun Qiyu se excitara y se desahogara?

El cuerpo de Song Liqing estaba helado, como si hubiera caído en un lodazal [1] maloliente.

Originalmente había pensado que besarse era un signo de amor, pero ahora que recordaba su encuentro de labios y lengua con Jun Qiyu, no podía evitar que se le revolviera el estómago.

Cubriéndose el pecho, Song Liqing se arrojó frente a un jarrón de flores que había a un lado.

Vomitar--

Asco, náuseas.

No podía evitar sentir náuseas.

Pero no había comido en todo el día ni en toda la noche, por lo que no podía vomitar nada, de su boca solo salieron jadeos secos, tan incómodos que lagrimas empezaron a caer por su rostro.

—¿Por qué... Qiyu…? Incluso si no me amas, no deberías ser tan indulgente, tan poco cariñoso…

Song Liqing consiguió detener su jadeo seco, jadeó violentamente y enterró la cara en las palmas de sus manos.

Hu Nu'er le dio palmaditas en la espalda.

—Ah, ah, Princesa Heredera, no hay necesidad de tomárselo tan seriamente. —Hu Nuer se rió.

Song Liqing lo odiaba ahora, así que esquivó y evitó su mano.

—Simplemente no lo entiendes. —Song Liqing lo miró fijamente.

Hu Nu’er extendió las manos y dijo: —Tsk, sin mencionar que Su Alteza es un príncipe, incluso los príncipes de familias nobles ordinarias, ¿no tienen también doncellas personales hace mucho tiempo y han probado la belleza del amor masculino y femenino? ¿Ves el beneficio de esto?

—¡Cállate!

Estas palabras sucias, Song Liqing no podía escuchar ni una sola palabra más.

—¡Vete... lejos de la Mansión Qilin y vuelve a tu Región Occidental! —Song Liqing no quería verlo otra vez.

Hu Nu'er enarcó las cejas, ligeramente sorprendido.

—¿Me estás echando?

—Sí. —Song Liqing lo miró indignado: —No quiero que vivas en mi casa.

—Eso no servirá. —Hu Nu'er dijo con confianza: —La Mansion Qilin es la casa de Su Alteza, no la tuya, soy el esclavo del Príncipe Heredero, si quieres que me vaya, tienes que preguntarle al Amo si está de acuerdo.

—Tú...

Song Liqing estaba tan enojado que no podía hablar, levantó la mano, pero se detuvo en el aire.

¿Qué estaba haciendo? ¿Desgarrando y peleando como una arpía callejera?

Song Liqing había perdido el sentido, así que cuando Xiao Qin informó en la puerta, no reaccionó ni por un momento.

—¡Su Alteza ha llegado!

La sonrisa de suficiencia original de Hu Nu'er cambió cuando, de repente, levantó la mano derecha y se la pasó por la cara. Luego cayó hacia atrás en un movimiento suave, cubriéndose el rostro y arrodillándose frente al cuerpo de Song Liqing.

Song Liqing se quedó atónito y estupefacto en su sitio.

Jun Qiyu entró, con el rostro frío, justo a tiempo para ver la escena que tenía ante sí, lo había visto con “las manos en la masa”.

Hu Nu'er agarró el dobladillo de la túnica de Song Liqing y gritó.

—Maestro, por favor, tenga piedad, no aleje a Hu Nu’er, Hu Nu’er no tiene un hogar al que volver, así que sólo puede seguir al Maestro y establecerse, Maestro, Hu Nu’er nunca olvidará su bondad, ¡seré su vaca y su caballo para recompensarle!

Song Liqing no pudo evitarlo y apartó la mano, pero Hu Nu'er lo agarro con más fuerza y gritó sin cesar.

—Maestro, no tengo padre ni madre, solo tengo un familiar, mi Maestro Si no le gusto, puedo ser un sirviente, no me asusta el trabajo sucio, solo le ruego que me mantenga y me de comida, por favor...

Hu Nu’er levantó la cabeza, ya entre lágrimas, como si estuviera sufriendo una gran agresión.

—¡No... vete!

Song Liqing lo apartó horrorizado, estaba claro que no había hecho nada, y sin embargo Hu Nu'er lloraba como si él fuera realmente la persona malvada que lo había acosado.

Jun Qiyu ya estaba frente a Song Liqing, con el rostro frío.

Tiró del brazo de Hu Nu’er y lo ayudó a levantarse.

Hu Nu’er giró la cabeza y lloró aún más lágrimas perladas.

—Maestro, ¿qué lo trae por aquí?

—¡Realmente no podría ver esta gran escena si no hubiera venido!

Jun Qiyu gruñó y envolvió a Hu Nu’er en sus brazos.

—No llores.

Jun Qiyu frunció el ceño mientras le secaba las lágrimas y luego le acarició dolorosamente la cara, que estaba enrojecida e hinchada por varias huellas dactilares.

—Maestro, yo... no me duele —Hu Nu'er dijo débilmente.

Jun Qiyu lo tranquilizó cariñosamente: —¿Cómo no va a doler? Un poco más y hubieras quedado desfigurado, Xiao Qin, ve por medicina.

Xiao Qin obedeció y salió.

Mientras Song Liqing observaba a Hu Nu'er mimándose en brazos de Jun Qiyu, su corazón sintió una punzada de amargura.

La clase de piedad que Jun Qiyu sentía por él era algo que Song Liqing no tenía ni podía esperar.

—Maestro... ah… —Hu Nuer seguía sollozando. —Si el Maestro se niega a dar una solución, entonces simplemente me matarán, estoy en la Capital Jing. No conozco a nadie en la Capital Jing, si dejo a mi Maestro, moriré. No tengo intención de vivir más, sólo por favor no me venda al Pabellón Qinglian...

Cuando oyó las palabras Pabellón Qinglian, el rostro de Jun Qiyu se volvió cada vez más frío.

El Pabellón Qinglian era el lugar de fuegos artificiales regentado por el padre biológico de Song Liqing, Hong Lian, y constituía el mayor pasatiempo de la capital.

—¿Es así como estableces tu autoridad? —Las primeras palabras de Jun Qiyu a Song Liqing.

—Yo… —Song Liqing lo negó. —Yo no le dije eso.

Jun Qiyu se enfureció: —¿No? ¿A quién oí afuera diciéndole que se largara? ¿Quién fue el que levantó la mano y le golpeó hace un momento? ¿Estoy sordo y ciego?

Sólo ahora, Song Liqing sabía lo que se sentía el no poder defenderse.

Tenía la boca abierta, pero no podía decir nada.

Su cuerpo estaba agotado y sus brazos colgaban sin fuerza.

—Es nuevo aquí, si no hubieras dicho que ibas a venderlo al Pabellón Qinglian, ¡¿sabría de ese asqueroso lugar?!

—Yo no le he dicho eso. —Song Liqing se mordió el labio y dijo: —Solo le dije que abandone la Mansion Qilin y vuelva a Occidente...

Jun Qiyu le interrumpió enojado: —¿No sabía que estabas a cargo de la Mansión Qilin? Sabía que eras inconsistente, así que ordené a Xiao Qin que me avisara si te acercabas a Hu Nu’er. Afortunadamente, Xiao Qin fue a pedir ayuda lo más pronto posible, ¡de lo contrario no lo habría visto! ¿La Emperatriz puede ser depuesta, y acaso tú, la Princesa Heredera, no podrías ser reemplazada?

A Song Liqing le dolía el corazón y no discutió más.

Su cuerpo estaba frío, como caído en un abismo, y dejó que la sensación de impotencia se extendiera por todo su cuerpo.

Cuando una persona no te ama, todas tus explicaciones no son más que mentiras.

Se revolvió los dedos en la manga y trató de no derramar lágrimas. Ya había llorado bastante delante de Jun Qiyu y eso sólo lo molestaría aún más.

El amor no se trataba de quién lloraba más, sino de quién ganaba.

Hu Nu’er, al ver que Jun Qiyu le había regañado, pero no había castigo sustancial, acarició el pecho de Jun Qiyu.

—Maestro, no se enfade, dañará su salud y perjudicará la paz con la Princesa Heredera. —Hu Nu’er bajó las cejas y dijo: —Hu Nu’er es sólo un esclavo de baja categoría, sería indigno de usted si no se lleva bien por el bien de los sentimientos de un humilde esclavo...

—¿Humilde esclavo?

Jun Qiyu lanzó una mirada suspicaz a Song Liqing.

—Fuiste tú quien dijo eso también, ¿no? Song Liqing, ¿crees que porque hayas escalado los rangos del dragón y el fénix tu estatus es honorable? ¡Al final, no eres más que el hijo de una puta! ¡El hijo de una prostituta!

Puta. Hijo de puta...

El cuerpo de Song Liqing tembló y se le heló la sangre.

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[1] Terreno lleno de lodo.



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